Esta época es fundamental para el futuro de la asignatura en las aulas pues del número de alumnos que opten por ella depende únicamente su defensa ante los distintos gobiernos de turno.
Año tras año vemos como las nuevas leyes educativas van recortando el estatus de la asignatura y su reconocimiento dentro del currículo educativo como una área más. Da igual que la clase de religión ayude al desarrollo integral de las personas, a la formación de conciencias democráticas, personas cívicas, tolerantes, trascendentes, que luchan por lograr una sociedad más justa porque en un ambiente cada vez más laicista Dios no puede entrar a formar parte de la esfera pública.
Las clases de religión hace mucho tiempo que han dejado de ser catequesis que mueven a la fe de los alumnos en las aulas como argumentan los que la denigran. Formamos personas en valores humanos, éticos y religiosos que sirven a la consecución del bien común, de la paz y la convivencia intercultural.
¡Si te apuntas a religión tendrás mucho ganado!
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